1. Sara Pérez Fandiño

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“Quería un trabajo donde pudiera combinar mi carrera como actriz con ser un ejemplo para mi comunidad».

Sara Pérez Fandiño nació y creció en A Coruña, España. Su infancia no fue fácil: sintió que todo era difícil, a pesar de que todos la querían y la cuidaban. Sara comenzó a trabajar mientras estudiaba comunicación audiovisual y arte dramático, primero como entrenadora profesional de gimnasia y luego como actriz. Antes de establecer su compañía, Sara trabajó en una variedad de roles enseñando clases de baile, así como actuando y cantando en muchas escuelas de su ciudad.

Cuando estaba trabajando por cuenta ajena, Sara extrañaba su libertad y no estaba contenta con la precariedad laboral. Además, sentía que la calidad de la enseñanza se había deteriorado: era como si «a nadie le importaran los niños y las niñas que realmente quisieran aprender». Cansada de su vida profesional, decidió convertirse en empresaria con el objetivo de crear un papel que le otorgara suficiente flexibilidad para seguir su carrera como actriz y devolver a su comunidad.

El año pasado, la Escuela Gallega de Teatro Musical de Sara abrió sus puertas por primera vez. La escuela ofrece clases para niños y adultos, con la idea de mezclar diferentes disciplinas artísticas con el teatro y combinar elementos de la cultura gallega con las tendencias contemporáneas de Broadway. Para dar a conocer su nueva compañía, Sara dio visibilidad a su Escuela a través de las redes sociales y en los periódicos locales y comenzó a compartir las noticias con sus amigos y conocidos. La escuela ahora se está haciendo un nombre y otros actores que trabajan con niños recomiendan las clases de Sara. El boca a boca la está ayudando a tener más visibilidad y más clientes.

A pesar del entusiasmo de Sara, establecer su escuela fue difícil:

«El mayor desafío fue verme solo en un mundo laboral que nadie me había dicho que existía y que nadie me había dicho cómo manejarlo».

Incluso encontrar un espacio para alquilar fue difícil ya que las agencias inmobiliarias no la tomaron en serio. Afortunadamente, un amigo de un amigo le presentó a Sara a la Fundación Ronsel, que le proporcionó la capacitación sobre las competencias necesarias para convertirse en empresaria. Fundación Ronsel es uno de los socios locales de Youth Business Spain que ofrece asesoramiento a empresarios en el proceso de preparación de sus planes de negocios. La capacitación realmente ayudó a Sara a cambiar su actitud, poniendo «el chip emprendedor» en su mente. Aprendió a ser más paciente, organizada y a comprender que no puede ir tan rápido como le gustaría. Ahora tiene las habilidades adecuadas para hablar con otros emprendedores y bancos sin sentirse insegura.

Sara está orgullosa de su contribución a su comunidad local. Gracias a sus clases de teatro, los niños aprenden a manejar sus sentimientos, a ser más resistentes y a comprender cómo canalizar sus emociones de manera positiva. En el caso de los adultos, son personas que trabajan con su voz, como los maestros, que tienen problemas con sus cuerdas vocales que no pueden resolver con la terapia del habla. El objetivo a largo plazo de Sara es impulsar la escena teatral gallega con nuevos espectáculos y llegar a nuevos públicos.

El consejo de Sara para los jóvenes emprendedores es:

«Pruébelo sin miedo, pero si no funciona, no lo veas como un fracaso porque trabajar para otros también tiene enormes ventajas y el emprendimiento no es para todos. Tienes que ser un apasionado de lo que haces, y esto te hará querer más, emprender y crear más «.

2. Nicomedes Saravia Aliendre

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“Siempre me he visto estableciendo mi propio negocio, solo tenía que esperar para acceder a la financiación. Ya tenía las habilidades y la fuerza de voluntad «.

Nicomedes Saravia Aliendre proviene originalmente de Cochabamba, una región de Bolivia, donde obtuvo un título en mecánica. Tenía una formación académica inusual donde desempeñaba el papel de un líder, por lo que desde que era joven, siempre había sabido que no querría ser un empleado con un salario fijo, quería que le pagaran en función de sus habilidades y lo que él podía ofrecer.

Cuando cumplió veinticinco años, Nico dejó su ciudad natal para comenzar una nueva aventura en España: abrir su propia tienda. Sin embargo, una vez que se estableció en Madrid, se dio cuenta de que tenía que esperar tres años antes de poder obtener la documentación pertinente para establecer su negocio. Nico no perdió la esperanza y comenzó a trabajar en una barbería mientras asistía a un curso de peluquería: tiene recuerdos agridulces de esa época ya que hacía lo que le gustaba pero estaba empleado ilegalmente.

Como Nico necesitaba un garante para obtener la aprobación de su permiso de trabajo, su banco lo presentó a la Fundación Tomillo, uno de los socios locales de Youth Business Spain que brinda servicios de asesoramiento a emprendedores. Lo ayudaron a desarrollar un plan de negocio sostenible, le brindaron capacitación y asesoramiento fiscal, y lo emparejaron con un mentor.

Finalmente, después de un comienzo desafiante y años de espera paciente, Nico logró abrir su negocio: Una peluquería, que recibió a sus primeros clientes en agosto de 2019. Una vez que encontró la ubicación perfecta para su nueva tienda, la renovó y comenzó a promocionar su negocio en la comunidad local. Nico ahora ha ampliado su cartera de clientes y emplea a otra persona a tiempo completo. En el futuro, planea enfocarse en mejorar sus servicios y establecer uno o dos negocios nuevos.

Basándose en su experiencia, Nico comparte un consejo con otros emprendedores:

“Desarrolle un plan de negocios para verificar si tendrá apoyo financiero y para saber si se encuentra emocionalmente listo para convertirse en emprendedor. Es una parte difícil y es posible que tenga dificultades para llegar a fin de mes a fin de mes, pero sabe que es usted y no tiene que responderle a nadie. Mi consejo es comenzar y seguir mejorando».

3. Natalia Seco Domínguez

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“Como empresaria, paso más horas en el trabajo que antes, pero estas las paso al 100% a mi manera. Creo que cuidar cada detalle y ayudar a los demás no tiene precio”.

Natalia Seco Domínguez nació en Monfero, un pequeño pueblo en la provincia de A Coruña, España. Pasó doce años trabajando en el negocio familiar de grabado láser en el sector de las artes gráficas. Aunque naturalmente es muy introvertida, Natalia desarrolló sus habilidades de comunicación mientras trabajaba en servicio al cliente, talleres de diseño gráfico y funciones administrativas.

Finalmente, Natalia decidió abandonar el negocio familiar y explorar nuevas oportunidades. Ella buscaba una mayor independencia y flexibilidad y deseaba sentirse más realizada en su trabajo. En 2018, Natalia creó Farrapos e Contos para vender ropa ecológica, una pasión que se alineó con sus intereses. El negocio tiene como objetivo vender ropa sostenible que cuente historias y accesorios creados a partir de ropa recuperada. Cada prenda cuenta una historia a través de la etiqueta y la ilustración incluidas con la prenda.

El objetivo de Farrapos e Contos es alentar a adultos y niños a pasar más tiempo juntos de calidad durante la actividad diaria de vestirse. Para cada prenda, Natalia crea una historia relacionada con diferentes temas, como el ambientalismo o las emociones específicas. De vez en cuando basará sus historias en leyendas antiguas o cuentos populares, pero a menudo las elabora desde su imaginación.

Como empresaria, Natalia pasa muchas más horas en el trabajo que antes en el negocio familiar. Sin embargo, ella disfruta de la flexibilidad de pasar este tiempo a su manera y cuidando cada detalle, ayudando a otros y trabajando en su filosofía para el negocio. Natalia combinó sus pasiones por la ecología, el reciclaje, la acción social y las emociones en su negocio, y se enorgullece del impacto que Farrapos e Contos ha tenido en su comunidad local.

La Fundación Ronsel, uno de los socios locales de Youth Business Spain, ha estado trabajando con Natalia durante dos años. La organización le ofreció su apoyo para convertirse en empresaria y ha seguido participando durante la creación de su negocio. Específicamente, Natalia se benefició de  los cursos con la Fundación Ronsel antes de establecer su negocio. Trabajar con profesionales la ayudó a conocer nuevas posibilidades, organización, establecimiento de objetivos y estrategia. El programa de mentoría también ayudó a Natalia durante los primeros 6 meses de su negocio al ofrecerle consejos y apoyo continuos.

Cuando estableció su empresa, Natalia no esperaba mucho éxito después de cinco años, ya que esperaba que las empresas multinacionales la superaran en producción. Sin embargo, ahora reconoce el potencial de crecimiento futuro. Por el momento, Natalia se está enfocando en fortalecer la marca de Farrapos e Contos antes de buscar expandirla.

El consejo de Natalia para otros jóvenes emprendedores es simple pero efectivo:

«No dejes de crecer. Busca una fuerte motivación, mantén tu compromiso con el negocio y  eso te dará la fuerza para superar los desafíos cotidianos «.

Youth Business Spain apoya a los jóvenes emprendedores para iniciar, consolidar y hacer crecer sus proyectos de autoempleo, como una alternativa de calidad al desempleo. Forma parte del programa Youth Business Europe, una iniciativa regional apoyada por la Fundación Citi para ayudar a los jóvenes emprendedores a iniciar o hacer crecer un negocio.